¿Cuál es la historia de la Torre de Londres?
La historia de la Torre de Londres está llena de traiciones, coronaciones, desapariciones, ejecuciones y secretos de Estado. Cada una de sus piedras ha visto pasar siglos de poder, miedo y ambición, y antes de que compres tus entradas para la Torre de Londres, te contamos todo lo que han visto sus muros. Adéntrate en sus salones y pasadizos y conoce las luces y sombras de este fascinante monumento.
Años 1066–1078: el nacimiento de la Torre Blanca
La historia de la Torre de Londres comienza tras la conquista normanda de Inglaterra. En 1066, Guillermo el Conquistador derrotó a Harold II en la batalla de Hastings y fue coronado rey de Inglaterra. Consciente de que su poder necesitaba consolidarse en una ciudad tan estratégica como Londres, ordenó construir una fortaleza imponente en la ribera norte del río Támesis.
Fue así como, alrededor del año 1078, se inició la construcción de lo que hoy conocemos como la Torre Blanca. Este núcleo central de la torre era una estructura de piedra caliza traída desde Caen, en Normandía, lo que simbolizaba el poder normando sobre los anglosajones. Era tan imponente y resistente que intimidaba a los londinenses, y con el paso del tiempo se convirtió en el epicentro de todo el complejo fortificado.
Siglo XII: expansión y fortificación bajo los Plantagenet
En 1097, Guillermo II “el Rojo”, hijo del Conquistador, decidió ampliar la torre. Se edificó una muralla defensiva alrededor del recinto y se añadió un foso para aumentar su protección. Estas medidas respondían tanto a amenazas externas como a tensiones internas en el reino, que muchas veces son las más peligrosas.
A finales del siglo XII, durante el reinado de Ricardo Corazón de León (1189–1199), se mejoraron aún más las defensas. Aunque el rey pasó la mayor parte de su mandato en las Cruzadas, dejó instrucciones para reforzar la torre. Además, se construyó la Casa de las Joyas, un edificio destinado a proteger las joyas de la Corona, una tradición que persiste hasta nuestros días.
1200–1300: revueltas, pérdidas reales y nuevas estructuras
El siglo XIII fue un periodo de inestabilidad. Durante la huida del rey Juan I de Inglaterra, también conocido como Juan sin Tierra, ante una rebelión en 1216, se dice que perdió las joyas de la Corona en los pantanos del Támesis. La pérdida fue interpretada como una señal de la debilidad del monarca, cuyo reinado acabó en desastre.
Posteriormente, el rey Eduardo I emprendió una gran expansión del complejo. Se construyó una nueva entrada real, la Torre de Wakefield, y se añadió la Torre de Santo Tomás, destinada al control del acceso desde el río. Este conjunto formó parte de una muralla más completa que aún se puede observar hoy.
En 1381, durante la Revuelta de los Campesinos, los insurgentes lograron entrar en la torre. En un acto simbólico y brutal, el arzobispo de Canterbury, Simon Sudbury, fue decapitado en su interior. Este evento demostró que ni siquiera los muros más fuertes podían contener el descontento del pueblo.
1400–1500: traiciones, desapariciones y ejecuciones
A lo largo del siglo XV y XVI, la historia de la Torre de Londres se convirtió en escenario de uno los episodios más oscuros de la historia inglesa. En 1483, Ricardo III encerró en la torre a sus sobrinos, los príncipes Eduardo y Ricardo, legítimos herederos al trono y conocidos desde ese momento como “Los Príncipes de la Torre”. Nadie supo nada de los jóvenes príncipes, de 12 y 9 años respectivamente, aunque todo el mundo asumió que fueron asesinados por orden de su propio tío.
Durante el reinado de los Tudor, en especial bajo Enrique VIII, la torre se transformó en un lugar temido por la nobleza. Ana Bolena, segunda esposa del monarca, fue ejecutada en 1536 tras ser acusada de adulterio y traición. También lo fueron otras esposas y nobles como Catalina Howard, Thomas More y Thomas Cromwell. El miedo a ser encerrado entre los muros de la torre era bien fundado: pocos salían con vida.
Siglo XVII: tortura, complots y un zoológico real
Pudiera parecer que dentro de la historia de la Torre de Londres las palabras “tortura, complots y zoológico” pudieran estar juntas, pero así es este pintoresco lugar. En 1605, Guy Fawkes y sus cómplices fueron encarcelados y torturados en la torre tras el fallido Complot de la Pólvora, cuyo objetivo era volar el Parlamento y asesinar al rey Jacobo I. La torre seguía siendo un lugar de prisión para los enemigos del Estado, pero también comenzó a experimentar otros usos.
Durante la Guerra Civil inglesa (1642–1651), volvió a ser utilizada como prisión militar. Sin embargo, entre 1660 y 1688, bajo el reinado de Carlos II, la torre albergó un peculiar atractivo: se convirtió en zoológico real, con leones, osos y aves exóticas que se mostraban como símbolo de poder y exotismo de la corona.
Siglo XIX: restauración y transformación en símbolo nacional
A partir de 1800, la Casa de la Moneda fue trasladada fuera de la torre, lo que permitió su restauración histórica. Durante el siglo XIX, se llevaron a cabo importantes obras para devolverle su apariencia medieval y convertirla en un símbolo del pasado glorioso de Inglaterra.
Los trabajos dirigidos por el arquitecto Anthony Salvin y otros restauradores se centraron en reconstruir torres, limpiar estructuras y conservar espacios históricos, creando la imagen que hoy conocemos. La torre pasó a ser más un monumento nacional que una fortaleza activa.
1988: reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad
En 1988, la UNESCO reconoció oficialmente a la Torre de Londres como Patrimonio de la Humanidad, destacando su valor arquitectónico e histórico. Desde entonces, millones de visitantes recorren sus salas, torres y patios cada año, fascinados por la riqueza de relatos que encierra cada rincón.
Hoy en día, sigue siendo residencia ceremonial de los Yeoman Warders (los famosos Beefeaters), alberga las joyas de la Corona y representa uno de los puntos turísticos más visitados y valorados de todo el Reino Unido.
Si tú también quieres conocer de primera mano las historias de conquista, poder y traición de este fantástico monumento, con nuestras entradas para la Torre de Londres podrás hacerlo de la mejor manera, reserva tu día y ¡no te quedes sin ellas!